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lunes, 6 de abril de 2015

Capítulo 6 ~ Segunda Temporada.

— ¿Con quién hablas? —me preguntó una voz por atrás. 

Escondí el móvil por instinto y alcé la mirada. Christian.

— Uhm, con nadie, solo es publicidad.

Christian me dio mi helado de fresa y se sentó a mi lado. Comenzamos a tomarnos el helado entre un incómodo silencio. ¿Qué se supone que debía decir? 

— Sobre lo de ayer... —comenzó de decir Christian cuando nos terminamos el helado. Le miré atentamente para que siguiera. — No le cuentes nada a Olivia de lo que te dije. 

Seguí observándolo, deseando interiormente que no se refiriera a lo de que le encantaría estar conmigo. Pero sabía que se refería a eso, y eso me dolía.

— ¿El qué?

Christian me miró con suplicio. Parecía que mi llegada le estaba complicando más el recuperarse, se lo estaba poniendo aún más difícil. 

Christian bajó su mirada hacia el suelo y luego la levantó para mirarme.

— Olvídalo. 

La rabia comenzó a fluir por mis venas sin ser capaz de controlarla.

— ¿Me lo estás diciendo en serio? —le pregunté con cólera. Christian alzó su mirada, confuso. — Ojalá pudiera olvidarlo todo, pero no. Tengo que vivir en esta estúpida cuidad viendo como a mi mejor amigo del cual estoy enamorada lo controla una estúpida plástica. Encima, como si no fuera poco, mi hermanastro no quiere ni verme, y tengo a un agente de la policía pegado a mí a todas horas. No puedo mirar a la cara a mi padre desde lo que pasó hace cuatro años, y de todos los amigos que tenía aquí, apenas me habla una persona, la cual me hizo muchísimo daño en el pasado... —le solté con un nudo en el estómago. Me levanté del banco recordando los mensajes del anónimo y me derrumbé. En medio del parque. Delante de un Christian que apenas conocía.    — ...y tu me vienes diciendo que lo olvide. —me limpié las lágrimas que caían deslizándose por mis mejillas.

Christian se quedó callado mirando el suelo. Encima no podía ni siquiera mirarme a la cara. 

— Deberías irte, ____(tn). —susurró Christian. 

Lo miré incrédula.

— Bien, que seas feliz con Olivia.

Caminé hacia casa mientras golpeaba una piedra para mantener mis pensamientos en blanco. Pero no podía, ¿cómo iba a poder olvidar lo que acaba de suceder? Christian me acababa de apartar hacia un lado. No quería saber nada de mí. Lo había echado todo a perder por culpa de mis impulsos.

Llegué a casa y fui directa a mi habitación, incapaz de continuar. 


Unos golpes en la puerta consiguieron abrir mis ojos. Suspiré intentando recordar en qué momento me había quedado dormida. Busqué el móvil para mirar la hora: cinco y media.

Me levanté y abrí la puerta. Alcé una ceja al ver de quien se trataba.

— ¿Justin? —pregunté sorprendida. — ¿Cómo has entrado?

Justin revolvió su pelo con nerviosismo y sonrió levemente.

— Tu padre me ha dejado entrar. Me dijo que te avisara de que se iba a pasear a Minnie.

Asentí y le dejé pasar. Justin entró en la habitación y la observó con detenimiento.

— Vaya... No ha cambiado nada. —murmuró lo suficientemente alto como para llegar a oírle.

Caminé hacia la cama y me senté. Justin se quedó de pie aún admirando el lugar. Llevaba unos pantalones caídos oscuros y una camiseta roja con unos detalles alrededor. En el cuello le colgaban dos cadenas, una de oro y otra de plata. Su cabello era casi rubio y lo llevaba hacia atrás, en forma de tupé. 

Me llegaban a decir hace cuatro años que Justin se iba a cortar el pelo y me hubiera reído en su cara.      

Justin posó su vista en mí y de inmediato dejé de mirarle sintiendo el color conquistar mis mejillas. Caminó hacia mí hasta sentarse a mi lado. 

— Y bien, ¿qué te trae por aquí? —le pregunté mirando hacia mis manos.

— Bueno, estaba en casa sin hacer nada y pensé en venir a verte. Ryan está de un humor de perros. —hizo una mueca. 

Reí.

— Yo tampoco estoy de muy buen humor. 

— Eres una chica, es normal. —carcajeó. 

Le pegué un codazo uniéndome a sus risas. Justin me hacía reír a pesar de todo y eso me despejaba de los problemas.

El móvil comenzó de nuevo a vibrar en mis manos. Bajé la vista con temor y vi que era un mensaje. Tragué saliva y seguí mirando al frente, esta vez más tensa.

— ¿Ocurre algo? —me preguntó con el ceño fruncido.

— ¿Mhm?

— ¿No vas a mirar el mensaje?

Mordí mi labio y negué.

— Será publicidad, estos días no paran de llegarme mensajes spam.

Justin me miró, y sentí que no se había terminado de creer lo que le había contado pero cambió de tema. Y se lo agradecí.

— ¿Qué has hecho durante el día? —me preguntó con una pequeña sonrisa.

Alcé los hombros. — Nada fuera de lo normal.

— Si lo dices tú significa que has hecho algo bastante anormal.

Le miré intentando mostrar enfado pero terminé con una sonrisa dibujada. Necesitaba a alguien como Justin para olvidar todos los problemas que había llegado a tener con Christian.

Así que me giré hacia él y lo abracé. Justin pareció quedarse bastante asombrado  ante mi repentina acción pero tras unos segundos me rodeó con sus brazos repletos de tatuajes.

— Gracias por hacerme sentir mejor. —le agradecí con un hilo de voz.

— No tiene importancia, me gusta verte sonreír. 

Nos separamos de aquel abrazo y me quedé mirándolo. 

— En serio, muchas gracias.

Justin me acarició la mejilla, a lo que yo me estremecí por aquel contacto.

— Siento que te lo debo después de todo lo que te hice. —lamió sus labios y comenzó a acercarse hacia mí. 

Tragué saliva al saber lo que estaba a punto de ocurrir. Me aparté rápidamente y fui hacia la puerta.

— Creo que es mejor que bajemos abajo. —me apuré a decir. 

Justin suspiró y ambos bajamos las escaleras en silencio. Nos sentamos en el sofá también en silencio, esto iba a ser una pesadilla.

— Oye, lo siento por lo de antes. —comenzó a disculparse. — Suelo dejarme llevar muy rápido y tenerte aquí ha sido todo tan repentino...

Sonreí. No me iba a molestar, no había llegado a pasar nada y él me estaba demostrando poco a poco que estaba cambiando.

— No te disculpes. Para serte sincera sigo enamorada de Christian, es mas, lo he estado todos estos cuatro años y aún... —le expliqué alzando la mirada hacia sus ojos. — Tengo que superarlo.

Justin me cogió de la mano y me sonrió.

— Quiero que sepas que voy a estar esperándote. No tengo prisa y si te soy sincero, tampoco te he podido olvidar en estos cuatro años.

Le miré por un rato, sin apenas poder creer que Justin estuviera en la misma situación que yo.

— ¿Y Selena? —le pregunté. 

Había escuchado que estuvieron juntos durante dos años y eso daba que pensar.

Justin frunció su nariz. — Esos dos años fueron... Un paréntesis a todo. Realmente ella me hizo olvidarte pero en cuanto todo se terminó estaba aún más confundido que antes.

Le di un apretón a su mano mostrando apoyo. 

— Pues amigo, estamos en la mierda.


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N/A: Holaaaaa, hace meses que no nos leíamos (?). Sería muy descarado pediros perdón e irme así que intentaré mañana subir otro capítulo para compensar un poco :).

loveu♡,

Kisses***

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