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miércoles, 29 de octubre de 2014

Capitulo 3 ~ Segunda Temporada.

Solo cuando pierdes a alguien te das cuenta de lo importante que era, y entonces te arrepientes de no haberlo valorado.

4 años habían pasado desde que pude hablar con él y su memoria estaba intacta, y eran tantos recuerdos que un día se habían esfumado de su memoria, de la noche a la mañana, sin previo aviso. Había olvidado nuestras risas, nuestras peleas, nuestra historia... Se había olvidado de su gente, de nosotros, se había olvidado hasta de si mismo.

Ahora tan solo yo tengo aquellos momentos vividos, aquellos recuerdos junto a él.


Me sentía mal, sí. ¿Por qué mentir? Me había echado de su vida como si fuera una desconocida. Había visto en sus ojos como reflejaban pena por mi, por el dolor que sentía al no estar en sus recuerdos.

Le habían dado una semana de observación intensiva para saber cual era su estado y si podría salir pronto a la calle. Yo le había ido a visitar cada día, aunque no entraba a su habitación por miedo a encontrarlo con Olivia. Tan solo me quedaba en el pasillo, enterándome de como iba todo gracias a los comentarios de los médicos.
Su familia, en cuanto supieron el día el cual le iban a dar de baja no tardaron en preparar una fiesta. Yo no estaba invitada o por lo menos no me comentaron nada.

Cuando llegó el día de salida de Christian no podía parar de andar de un lado hacia otro. Una enfermera me pidió que me calmara porque estaba poniendo nerviosa al personal. Así que me senté en un asiento del pasillo y comencé a leer una revista.

— ____(tn) —aparté la vista de la revista y vi a Caitlin. —, ¿vendrás a la fiesta que le haremos a Christian? Es para celebrar su vuelta a casa.—me preguntó Caitlin, con una sonrisa de oreja a oreja, pero con cansancio en su rostro.

Mordí mi labio insegura, no quería estar en una fiesta con mi estado de ánimo. Pero era para celebrar la vuelta de Christian, y eso significaba estar más tiempo con él.

Recuerda que debes estar feliz por el simple hecho de que haya despertado.

Fingí una sonrisa y asentí. — Claro. 

— Genial, será hoy en mi casa a las ocho. —me indicó Caitlin. — No llegues tarde.

— Tranquila, soy puntual. —sonreí levemente intentando contener las estúpidas ganas de llorar. Ella asintió aún con su sonrisa expuesta y me abrazó de golpe.

— Sé que lo estás pasando mal por su pérdida de memoria. —Caitlin me miró preocupada y luego siguió: — Pero debes saber que el médico dijo que sería temporal, pronto te recordará.

Me limpié la lágrima que rápidamente había salido, y la miré con una sonrisa leve. 

— Esto debería ser al revés, yo debería estar consolándote a ti y no tú a mi. —reí entre palabras.

Caitlin también comenzó a reír, pero luego volvió a su estado anterior. — Sé que Christian significa mucho para ti.  

— Sí, es cierto. —bajé la mirada al suelo y la subí rápidamente. — Os echo de menos. —me sinceré con un hilo de voz. Necesitaba que estuviéramos todos juntos, de nuevo.

— Nosotros también a ti. —Caitlin sonrió tristemente, mientras una lágrima caía por si mejilla. 

Me apuré a limpiársela. — Oh no, no llores. —le pedí rápidamente. — Lo siento, debería hacerte estar bien y lo único que hago es ponerte mal.

Caitlin negó. — No, tan solo es que quiero que todo vuelva a ser como antes. —la miré atentamente. — Ya sabes, Chaz, Justin, Ryan, Christian, Melody tú y yo. Incluso quiero que venga Jasmine.

Reímos y asentí. — Yo también, ¿crees que todo podrá volver a ser como años atrás? 

Caitlin se quedó en un silencio, un silencio el cual compartimos los dos y en el cual decíamos todo. 

Nunca iba a volver a ser como antes, y debíamos aceptar cuanto antes la situación.

— Esperemos que así sea. —susurró.

*

— ¡Ryan, esto va en serio! —le grité con suplica. Ryan comenzó a reír y se levantó de la cama. 

— Está bien, ya te ayudo. —carcajeó mientras me subía la cremallera del vestido. Al fin. — ¿Contenta?

Asentí con el ceño fruncido. — Mucho. —le miré de reojo mientras observaba el espejo. — Ya puedes irte.

— Como usted diga, mi señora. —dijo haciendo una reverencia mientras salía por la puerta. Pero qué estúpido.

Sonreí mientras rodaba los ojos y volví a concentrarme en el reflejo del espejo. Llevaba un vestido: 

(elegid cual queráis)

e iba maquillada levemente. Tenía puesto el eyeliner, polvos para dar color a mi cara y un pinta labios rosa fuerte. 

Salí de la habitación y bajé las escaleras, a bajo estaba Ryan y Justin esperándome. Noté como los dos me recorrieron de arriba a abajo la mirada. Justin bajó la mirada al suelo, fruncí el ceño.

—  ¿Vamos? —pregunté con molestia, ¿tan mal iba como para que apartara la mirada? En fin.

— Claro. —respondieron los dos. Justin pasó primero por la puerta y cuando fui a pasar yo Ryan se acercó a mi:

— No sabía que tuviera una “hermana” con tan buenas curvas. —dijo haciendo énfasis a la palabra hermana. Reí ante su comentario, aunque no pudiera evitar sonrojarme. 

— Calla, idiota. Tú debes insultarme, no halagarme. —le indiqué entre risas.

Ryan comenzó a reír. — Cierto, vas horriblemente fea y pareces una patata. —dijo naturalmente, le di un codazo mientras reíamos. 

— Estúpido, se te hace demasiado fácil insultarme. —carcajeé.

— Ya estoy entrenado.


Al llegar a la casa de los Beadles, había un ambiente de felicidad, aunque a mi se me revolvió el estómago al recordar que hoy al fin lo vería de nuevo. 

Nada más poner un pie en la casa, Ryan y Justin desaparecieron entre la multitud. Era una fiesta elegante, ya que también habían adultos y familiares de Christian.

Busqué con la mirada a Christian entre todo el bullicio de personas, pero no lo encontré. Quería decirle la verdad, contra antes lo sepa, mejor.

— Hola, ____(tn). —me saludó Caitlin junto con sus padres que estaban a su lado. 

— Hola. —sonreí con educación.

— Me alegra que vinieses. —comentó Caitlin mientras nos abrazábamos.

— Bueno, no podía perderme la fiesta de bienvenida de Christian. —dije cortésmente.

Sandi, la madre de Caitlin y Christian sonrió y se acercó a mi. — Estás muy guapa, ____(tn). 

Sonreí halagada. — Muchas gracias. Oh, y gracias de nuevo por dejarme pasar a visitarlo aquella vez. —le agradecí.

— No es nada. —sonrió y Caitlin me miró con un brillo de felicidad y tristeza mezclados.

— Bueno, te dejamos disfrutar de la fiesta. —comentó ella.

— Está bien, hasta luego. 

Cuando se fueron seguí buscando a Christian, realmente necesitaba encontrarle, pero parecía imposible.

Observé una mesa junto a unas sillas y fui hacia allí para sentarme. Suspiré agotada por todas las emociones vividas en tan poco tiempo.

— Toma. —levanté la mirada para ver de quien provenía aquella voz, y encontré a Justin de pie tendiéndome una copa de champan.

La tomé mientras sonreía levemente. — Gracias.

Justin se sentó en la silla de al lado y sus pensamientos se quedaron perdidos entre la multitud.

— ¿Lo has visto? —me preguntó. 

Le miré extrañada. — ¿A quién?

— A Christian, ¿lo has podido ver hoy? —me preguntó colocando su mirada sobre mi. Negué lentamente y suspiré.

— He intentado buscarle, pero es como si hubiese desaparecido. —bebí un sorbo de champan.

— Uhm, seguro que lo verás. No creo que se haya ido de su fiesta. —comentó con su mirada aun fija en mi. Asentí mientras miraba al suelo.

— Sí, eso espero. —susurré.

Hubo otros segundos de silencios, bueno, silencio entre paréntesis de todo el ruido de la fiesta. Odiaba estos silencios, eran demasiado incómodos.

— ____(tn). —me llamó Justin, le miré.

— Mhm. 

— ¿Sabes que siempre que me necesites voy a estar para ayudarte, no? —Justin colocó su mano sobre la mía, acariciándome.

— Uh, sí, claro. —respondí nerviosa por su proximidad. Coloqué mi otra mano sobre la suya e imité su gesto de acariciarla. Le miré a los ojos y sonreí.

— ____(tn), yo-- 

— Perdona, ¿puedo hablar con ____(tn) un segundo? —aparté la mirada dd Justin para encontrarme con los ojos caramelo de Christian.



N/A: Hola! Esta vez tardé menos en subir capítulo, sé que es corto pero es lo único que puedo hacer estando en bachiller. 

¡Espero que comentéis vuestra opinión! asdfghjkl 
 

lunes, 27 de octubre de 2014

Capitulo 2. ~ Segunda Temporada.

Los médicos solo dejaron entrar a los familiares, así que los demás decidimos irnos para descansar un poco. Había quedado con su familia en que mañana volvería a visitarlo. 

Ryan, Justin y yo acabábamos de llegar a casa. Estábamos en el salón, sentados en el sofá mientras ellos se tomaban una cerveza. No podía parar de observarles, la última vez que los vi, lo máximo que tomaban eran Redbull's.

— ¿Sigues con Melody? —la pregunta salió de mis labios sin apenas darme cuenta. La verdad, es que eso me había estado dando vueltas durante un tiempo. Cuando habíamos estado en el hospital, ellos ni siquiera se llegaban a mirar.

— No. —contestó Ryan mirando hacia el suelo. Le miré para que siguiera. Parecía resentido. — Me fue infiel. 

Esa fue la última respuesta que esperaba. ¿Melody le fue infiel a Ryan? Era extraño que ella pudiera hacer eso. 

— ¿Cómo? —pregunté sorprendida. Si es verdad que a Melody le había visto diferente, cambiada.

— Como oyes. —contestó mientras movía su pierna con rapidez.

— Fue con un chico que conoció en un club nocturno. —me explicó Justin, asentí intentando asimilar todo.

— No puedo creer que te hiciera eso. —negué mirando hacia el suelo. — ¿Y eso cuando fue? —pregunté.

— Hace dos años. —contestó Ryan. — Desde entonces no hablo con ella. 

— Creo que me he perdido mucho estos cuatro años. —me crucé de brazos. — ¿Y Christian a tenido..? Ya sabéis. —pregunté jugando con mis manos con nervios.

— Claro. —contestó Ryan. Le miré algo decepcionada, aunque era claro que estaba en su derecho de rehacer su vida. — Salió con Brogan después de dos meses después de que te fueras, —tragué salvia intentando no gritar de frustración. — cortaron a lo poco. Luego hace un año que estuvo con otra chica llamada Olivia. Creo que rompieron hace un mes o así. 

— Oh, está bien. —asentí con la cabeza, tocando la cadena la cual le regalé a Christian una igual.

— ¿Y tú qué? —preguntó Justin con una sonrisa. — ¿Cómo te fue en ____(tp)? 

— Uhm bien, supongo. —sonreí levemente. 

Bien si quitabas de la lista a que no podía rehacer mi vida amorosa por más que quisiera, a que echaba de menos a mi hermana, a que se murió mi abuelo.

— ¿Tuviste a muchos, verdad? —preguntó, ¿interesado? Justin.

Mis mejillas se tornaron a color carmesí. — Tuve tres novios. —miré hacia el suelo. — Ninguno terminó bien. 

— ¿Tres? —alzó una ceja, Ryan. — ¿Te hicieron daño? Tenías que haberlos advertidos que tienes a un hermano que les rajaría. —reí al escuchar su comentario mientras negaba.

— No fue eso, los cortaba yo. —me crucé de brazos. — Supongo que no pude olvidar a Christian. —susurré casi inaudible.

— ¿No has podido olvidarlo en cuatro años? —frunció el ceño, Justin. Mordí mi labio nerviosa.

— ¿Cómo te fueron a ti las novias, Justin? —pregunté forzando una sonrisa para cambiar de tema. — He escuchado que tienes chicas por todos lados, ¿cómo que tan mujeriego, señor Bieber?  —le miré seriamente poniendo mis brazos en jarra. Claramente todo en broma.

Justin rió. — Soy sexy, no tengo culpa. —se cruzó de brazos poniendo una mueca angelical. Todos reímos.

La puerta se abrió dejando a la vista a Charlie y a mi padre. Me levanté como impulso y corrí hacia ellos como alma que lleva el diablo.

— ¡Oh Dios mío, ____(tn)! ¡Estás aquí! —gritó mi padre junto un pequeño sollozo. Asentí y sentí como la primera lágrima caía por mi mejilla. Los había echado en falta, demasiado.

— Maldita sea, os he echado tanto de menos. —ahogué un sollozo que llevaba 4 años guardado en mi interior.

— ¿Cómo te encuentras? —preguntó Charlie acariciándome el hombro maternalmente. Supuse que papá le había contado sobre mi abuelo y el tema de volver, así que intenté sonreír para no preocuparla por mi verdadero estado. 

Estaba echa una mierda. Sencillamente, así es como estaba, pero no podía dejar que la situación me controlara; así que, debía seguir adelante para ser yo quien controlara la situación.

— Mhm, creo que debería ir yéndome. —comentó Justin, pasándose la mano por detrás del cuello. 

— Hola, Justin. —saludaron Charlie y mi padre al mismo son. 

— Quédate a comer, Ryan nos contó que volviste a Atlanta por un mes para saber sobre el estado de Chris. —le miró atentamente Charlie con una sonrisa que mostraba empatía. 

Justin asintió con una leve sonrisa. — Está bien. —afirmó y me miró fugazmente. Mordí mi labio y aparté la vista hacia el suelo.

Al escuchar su contestación no había podido sentir una punzada de decepción, y no entendía el por qué. 

Puede que ese rencor que le guardé durante años anteriores no lo hubiera superado del todo. Siempre quedaría ese recuerdo en el que las cosas se torcieron. Siempre estaría presente, torturándome para no poder seguir como si todo hubiera estado bien con él. 

Sabía que me iba a costar engañarme, pero por el bien de la situación, debía seguir así.



Habíamos pasado dos semanas enteras visitando a Christian por las mañanas. Todo iba igual en él, no daba ninguna señal de despertar. Christian aun seguía en el observatorio, pero un día en el que todos se fueron a la cafetería, y con la excusa de ir al baño, me pude colar a la habitación para poder saber su estado.

Y realmente no sabía si había sido la mejor decisión.

Mis recuerdos del anterior Christian habían sido sustituidos por el actual Christian. 

Con cables, con los ojos cerrados, apunto de ser derrotado.

No puedo jurar el no haber soltado ninguna lágrima al verlo en ese horrible estado. Todo era como una película en la que solo existía la parte mala, en la que no pasaba nada bueno. 

Había pasado la mayoría de los días con Ryan y Justin, ya que los días que no estaba con ellos era porque necesitaba estar sola, aunque siempre interrumpía Lucas con la estúpida excusa de que debía supervisar que todo estuviera bien. 

 — ¡____(tn)! —sentí como Ryan no paraba de mecerme de un lado a otro rompiendo mi trance de lectura. Estaba bien metida en la novela, y bien enamorada de Travis Maddox. ¿Por qué no podía ser real ese chico? ¿Por qué?

— ¿Qué ocurre? —le pregunté malhumorada. Ahora estaba por una parte muy interesante del libro.

— Dicen que Christian despertó. —me informó. Abrí los ojos y dejé el libro sobre la mesa de un golpe. Me levanté y fui hasta la puerta. — ¿Dónde vas?

— ¿A qué esperas? Quiero ir a verlo. 

— Espera que llame a Justin. —dijo mientras sacaba su móvil. 

Alcé una ceja molesta. — No, olvídate de él. Vámonos ya, y ahora le envío yo un mensaje a Justin para avisarle de que estamos en el hospital.

— Está bien. —rodó los ojos y se encaminó al coche.


Al llegar al hospital fuimos directos a la habitación la cual nos habían indicado, ya que le habían cambiado de lugar al haber despertado. No podía creer que estuviera despierto, ¿podría volver a ver sus ojos color caramelo? ¿Podría escuchar su voz de nuevo? 
Los nervios comenzaron a aparecer en mi interior, no podía remediarlo.

Al llegar al pasillo de la habitación, justo la puerta se abrió dejando a la vista a Caitlin, Matty y a sus padres.

— Hola. —les saludé con educación. Su madre se acercó a mi con los ojos llenos de lágrimas y me abrazó. — ¿Ocurre algo, Sra. Beadles?

Ella negó levemente. — Llámame Sandi, cariño. –me pido con una sonrisa débil. — Te he visto todo los días viniendo a visitar a mi hijo, puedes pasar a verle si quieres. 

Abrí los ojos con sorpresa y asentí. Normalmente solo podían pasar a verle familiares, así que me lo tomé como un gran honor.

— Muchísimas gracias, Sandi. —le agradecí, pude sentir como caía una lágrima por mi mejilla. Pasé la mano para apartarla rápidamente y entré a la habitación solitaria de Christian.

Todo estaba como la última vez que vine, inclusive él tenía los ojos cerrados. Cerré la puerta con sutileza, y sentí como Christian se movía con dificultad en la cama. Me puse delante de él y me preparé para ver al fin el color de sus ojos.

Los abrió, y su mirada quedó clavada en mi. Sonreí con lágrimas en los ojos y fui a abrazarle. 

— Hola, Christian, tu madre me dejó pasar. Te he echado muchísimo de menos. —me sinceré con él mientras seguíamos abrazados. — Me alegro de que estés despierto.

Nos separamos y me senté en la silla que estaba al lado de su cama. — Mhm... —me miró de nuevo, como si fuese la primera vez que me veía. Sentí un pinchazo, me asusté. — Muchas gracias por tu apoyo, pero... ¿quién eres? —preguntó extrañado. El pinchazo que había sentido anteriormente, llegó a romper mi corazón en un millón de cachos. 

Christian no se acordaba de mi. Intenté tranquilizarme, y respirar lo más hondo posible. Las lágrimas comenzaron a asomarse por mis ojos y la mirada extrañada de Christian, pasó a ser una de preocupación.

— Lo--lo siento. —se disculpó. — No quería herir tus sentimientos. —me agarró la mano y sentí como una chispa se encendía en mi interior. Levanté la mirada hacia él. — De verdad que estoy muy agradecido por tu preocupación, si mis padres te dejaron entrar será porque eres una persona de confianza. —comentó, intentando cuidar sus palabras. — Pero no te recuerdo, igual que a la mayoría de personas. 

Me sequé las lágrimas y negué con la cabeza mientras sonreía. 

— No te sientas culpable por esto. —tragué saliva.

— ¿Puedes decirme tu nombre? —me preguntó con una débil sonrisa. Asentí, dándome cuenta de que sus anteriores brackets ya no estaban en sus dientes. 

— Me llamo _____(tn). —me presenté intentando mostrar una sonrisa, no podía dejarle hacer que se sintiera culpable por todo esto.

— Bonito nombre. —me halagó. Pude sentir como mis mejillas ardían al escuchar después de 4 años, un halago suyo. — Pero, ¿de qué modo formas parte de mi? ¿eres mi novia? —preguntó perdido. Reí ante su pregunta. 

— No, yo soy tu novia. Ella es tu mejor amiga, tan solo eso. —respondió una voz proveniente de la puerta. Me giré para saber quien era y me encontré con una chica de cabello rubio y ojos azules, parecía modelo. La muy estúpida le había mentido, aprovechándose de su situación, ya que yo me había informado bien de que Christian había cortado con su anterior novia, y ahora estaba soltero. — Soy Olivia. —se presentó a Christian con una sonrisa más falsa que cualquier otra cosa.

Así que esta es la chica con la que cortó hace un mes... será perra.


— Uhm, lo siento. —se disculpó Christian, aunque no sé ciertamente a quien se dirigía. — Pensé que tú... —me dijo. Mordí mi labio para no gritarle a Olivia de todo, ya que a Christian le sentaría mal.

Respiré hondo y miré a Olivia, lista para desmentir todo lo que le dijo. — N--

— Creo que para estar en el puesto de mejor amiga, estás estando demasiado tiempo aquí. —chirrió la voz de Olivia por la habitación. — Deja ahora tiempo a la novia, que lo necesita más.

— Será broma, ¿no? —miré a Christian, con esperanza de que la echara a ella.

— Perdona ____(tn), pero Olivia tiene razón. Me gustaría pasar algún tiempo con ella. —me pidió con una mirada nerviosa. Asentí,  levanté de la silla y me dirigí fuera de la habitación sin decir ni una palabra.





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Matemos a Olivia aldbaldblazn.


Lo siento por la espera chicxs! :(. Pero aquí está el nuevo capitulo, además ya es suerte que haya podido subirlo ya que siempre se me borraba el capitulo cada vez que intentaba subirlo, así que hoy vengo frustrada :/.


Espero que no hayan abandonado la novela por mi tardanza.

Os quiero :*

Kisses***