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martes, 24 de julio de 2012

Capitulo 1 ~ Novelas de Christian beadles & Tú

Dos meses. Ya habían pasado dos puñeteros meses desde aquella desgracia, desde que prácticamente se me arruinó la vida. Aquel 7 de Abril mi hermanita Gwendolyn de tan solo 5 años quiso acompañarme a mi entrenamiento de Hip Hop. Tuve que haberla vigilado en todo momento, ella tan solo se aburría de la conversación que mantenía con mi amiga. Soy una jodida imbécil.


Mi padre y su novia suelen intentar consolarme, como dije "intentan" ya que nunca lo conseguirán. Suelen decir que no fue mi culpa, ¿entonces de quién fue? Obviamente fue mi culpa. Ellos lo saben, yo lo sé, Gwendolyn lo sabe. 


Como mi padre y su novia no me culpan y me tratan hasta mejor que cuando estaba mi hermana, me puse un castigo a mi misma. Nunca volver a bailar. Ese castigo que me puse es simple: Yo amo bailar, es mi vida entera. Siempre que bailo soy feliz, yo no merezco ser feliz por el simple hecho de ser una irresponsable con mi hermana.


Me levanté de la cama en la que me encontraba, con este ánimo no iba a llegar a hacer nada pero le prometí a Melody que iríamos a la plaza para celebrar la llegada del verano. Se le veía siempre tan feliz.


Me arreglé lo mínimo posible, cogí el móvil y el ipod. La puerta se abrió dejando paso a mi padre.


-Hola. -me saludó. Sabía que simplemente no podía decir "Buenos días" cuando los dos de sobra sabíamos que no era cierto. Le miré por un momento y pude comprobar que su ceño lucía fruncido. Tal y como siempre que estaba preocupado o le incomodaba algo.


-Hola. -mordí mi labio para impedir que mis lágrimas salieran. Me dolía pensar que mi hermana murió por mi culpa. Mi padre se acerco y me dio un abrazo, él estaba sufriendo tanto como yo. -Lo siento, -tragué saliva- lo siento mucho.


-Deja de culparte, ____(tn). -susurró. Su manó frotó mi espalda con señal de apoyo y se separó. Me miró a los ojos. 


- No. -negué con la cabeza.- Si yo no la hubiera soltado aquel día, todavía estaría aquí. -sentí como la primera lágrima caía por mi mejilla. 


- Ella se soltó, tu no pudiste hacer nada. -se secó algunas lágrimas que le recorrían por la mejilla e intentó sonreír. - Debo hacerte una propuesta de la que llevo bastante tiempo hablando con Charlie. -asentí y me senté en la cama para escucharle.


- Dime. -sequé mis mejillas húmedas con la mano. Sospechaba de hacía unas semanas que mi padre me escondía algo, ya que siempre que hablaba con Charlie por teléfono se iba a otra habitación para que yo no pudiera escuchar nada. - No te irás a casar, ¿verdad? 


- No, -comenzó a reír levemente. Sonreí al escuchar su risa. - no es eso. Es algo más serio. -fruncí el ceño confundida.


- ¿Más serio que una boda? -pregunté cruzándome de brazos.


- Nos mudamos a Estados Unidos con Charlie. -soltó de golpe. Mi boca se abrió hasta formar una "O" lo bastante grande como para mostrar mi asombro y sorpresa.


- Será broma, ¿no? -le miré seriamente. No me gustaba la idea de dejar atrás mi país, mi hermana, mis amigos, mi vida. Pero mi padre se merecía ser feliz. Él se merece vivir con su novia, no todo tiene que estar rodando a mi. Debo dejarle ser feliz.


- N-no. -contestó. Sonreí ampliamente y me tiré sobre él para abrazarle. - ¿Estás de acuerdo? Porque si no es así aun no es demasiado tarde. Tengo que rellenar muchos papeles durante este mes y nos podemos quedar.


- No, claro que no. -negué rápidamente mintiendo. - Me encanta la idea de cambiar de aires.


- Entonces genial. -sonrió ampliamente uniéndose a mi sonrisa. Me separé del abrazo y volví a sentarme en la cama.


- Como tienes aun papeleo nos iremos el mes que viene, ¿no? -saqué mi móvil del bolsillo para mirar si tenía algún mensaje, y así era. Dos mensajes de Melody.


- Tú te irás la semana que viene. -comentó mi padre saliendo de la habitación. Volví a quedarme con la boca abierta.


¿Qué yo me iré la semana que viene? ¿Por qué no me puedo ir con mi padre? Voy a tener que soportar a mi hermanastro. Perdón, al hijo de la novia de mi padre, Ryan.

La idea de cambiar no me gusta, siempre tuve miedo a los cambios pero era hora de enfrentarme a ellos. No me iba a dejar controlar por Ryan, yo no iba a ser su estúpida esclava por tan solo ser menor a él. No iba a dejar que me vacilara como la última y primera vez que le vi.


Charlie y Ryan vinieron el verano pasado por unas cuantas semanas a casa. Ryan era un estúpido mujeriego que intentó ligar con todas mis amigas. Por suerte aquellas semanas Melody estaba en un curso en Inglaterra y no se pudieron conocer, sino seguro que me quitaba a mi mejor amiga. 


Simplemente era odioso.


Miré los mensajes que me había dejado Melody. 


Primer mensaje: 


De: Melody.


____(tn) nos vemos a las doce donde siempre.


Segundo mensaje:


De: Melody.


Debo contrate algo muy importante.



Salí de la habitación y fui hacia la cocina. Mi padre me había preparado el desayuno y ahora se encontraba leyendo el periódico.


Me senté en la mesa.


- Te he preparado todo. -comentó mi padre levantando su mirada del periódico.


- Gracias. -le agradecí con una sonrisa. Cogí el muffin y me bebí rápidamente el zumo. 


- ¿Tienes prisa? -preguntó cerrando el periódico y dejando su mirada fija en mi.


- Sí, quedé con Melody en la plaza a las doce. -mordí el muffin y cogí mi skate.


- Está bien. -sonrió levemente. - Disfruta de esta semana junto a ella. 


- Sí. -lamí mis labios. Me iba a costar despedirme de ella.


Salí de casa y me puse el ipod. Comenzó a sonar la preciosa voz de Bruno Mars. Subí al skate y comencé a patinar hasta la plaza. 


Iba a echar mucho de menos a Melody, esta decisión iba a arruinar mi vida más de lo que ya estaba arruinada, pero todo por mi padre.


Visualicé de lejos a Melody, estaba justo al lado de la fuente de colores. La saludé con con la mano pero no se dio cuenta. ¿En qué mundo estaría?


- ¡Melody! -le grité, pero aun no se enteraba. Genial, siempre igual. Seguro que estaba escuchando a su estúpido Justin Bieber.


Bajé del skate y me acerqué a ella. Me vio y se quitó los cascos. 


- Hola ___(tn). -me abrazó y le respondí al abrazo.


- Al fin te das cuenta de mi presencia. -me senté en el borde de la fuente.


- Lo siento niña, estaba escuchando el nuevo álbum de Justin Bieber. -rodé los ojos al escuchar su respuesta.


- Como sea. -me crucé de brazos y suspiré. No tenía ganas de hablar de él. - ¿Compramos los helados para celebrar la llegada del verano?


- Claro niña, -sonreí. Melody tenía la ridícula manía de llamarme "niña". En su día le dejé claro que no me gustaba que me llamara así, pero ya he llegado a un punto en el que me sentaría rara si no me dijera de esa forma. - pero antes debo contarte algo. -su acento inglés sonó más triste de lo normal. Melody no era de España como yo, ella era de un pequeño pueblo de Inglaterra, pero que a la edad de 7 años tuvo que mudarse a ____(tp). 


- ¿Qué pasa? -me levanté preocupada. 


- Son mis padres... -miró hacia el suelo y luego me miró a mi. Pude ver como una lágrima le recorría la mejilla. 


- Melody, ¿se encuentran bien? -pregunté preocupada.


- Me mudo a Estados Unidos. -comenzó a llorar y la abracé aun con la sorpresa de su noticia. Lo que más admiraba de Melody era que ella no temía llorar delante de los demás. Tenía una personalidad fuerte.


- ¿A qué parte? -pregunté. Me sentaba bien que ella se mudara, así no tendría que vivir con la culpa de dejarla sola en España.


- Destinaron a mi madre a Atlanta. -me respondió. Abrí con sorpresa mis ojos.


- ¿Qué?


- Que me mudo a Atlanta. -sorbió su nariz. - Me lo dijeron ayer. -se sentó en el borde de la fuente. - Al principio pensé: ¡Qué bien, ahí es donde vive Justin Bieber y sus amigos! -alcé una ceja. Está obsesionada. - Pero luego me di cuenta de que no te podría ver más, niña.


- Bueno, yo también tengo una noticia y... -Melody me interrumpió.


- Perdóname por no habertelo dicho ayer, estaba demasiado ocupada pensando en que lugares se encuentran las casas de los amigos de Justin. -dijo mirando hacia el suelo mientras movía su pie en circulos. Fruncí el ceño molesta.


- Me alegra ser tu primer pensamiento en mente. -me crucé de brazos esperando alguna señal de su parte. 


- Lo siento, sé que hice mal pero es que... -se disculpó. Moví la mano intentando quitarle importancia. Tan solo quería que se sintiera algo culpable, y ya había conseguido mi objetivo. 


- Has dicho Atlanta, ¿cierto? -pregunté intentando calmarme y no saltar de alegría.


- Sí. -afirmó secándose sus lágrimas.


- ¿Te acuerdas de la novia de mi padre? -me mordí el labio esperando su respuesta.


- Sí... -hizo una mueca pensativa. -Charlotte, y su hijo Ryan. -asentí. Melody sonrió. - ¿Sabes? Se llama igual que uno de los amigos de Justin y... -la miré amenazadoramente y calló de golpe. -Está bien, ya no digo nada más de ellos.


- Bien, pues ellos viven en Atlanta y... -volví a ser interrumpida por Melody.


- ...y podrás venir de vacaciones a Atlanta, entonces nos veremos y te podré presentar a mi futuro novio estadounidense... o canadiense. -alzó sus cejas seguidamente. Suspiré.


- ¡Te puedes callar y dejarme terminar! -grité harta. Melody rodó sus ojos con vagancia. -Ahora que por fin me dejas hablar... -sonreí victoriosa y Melody volvió a voltear sus ojos. - la semana que viene me marcho a vivir a Atlanta. -sonreí ampliamente esperando ver su reacción. Melody comenzó a chillar tal cual loca.


- ¡Nos vamos a vivir a Atlanta! -siguió gritando. La gente se nos quedaba mirando como si fuésemos unas recién escapadas del manicomio. De golpe paró de gritar, como si se hubiera acordado de algo. - ¿Dijiste la semana que viene? -preguntó mordiendo su labio inferior.


Asentí. -Sí. ¿Tú cuando marchas? -pregunté deseando que no dijera dentro de un mes, o lo que es peor, dentro de un año.


- De aquí dos semanas. -se cruzó de brazos molesta.


- Oh... -solté algo desilusionada. Tenía la esperanza de que se fuera también la semana que viene, aunque eso ya sería demasiada coincidencia. Ahora sí que tendría que soportar a Ryan sola.


Una idea se iluminó en mi interior


- Niña, esa mirada la conozco. -comentó fingiendo miedo. Reí como loca, mi idea era genial. - ____(tn), me estás asustando. En serio.


- Antes de todo, debo preguntarle a Charlie si no le incomoda tener a un huésped durante dos semanas. -me crucé de brazos. A Melody se le iluminó la mirada.


- ¡___(tn) es una idea genial! -gritó con ilusión. De golpe se puso seria. - Llámala ya. 


- ¿Ahora? -pregunté con un pequeño tono de pereza en mi voz.


- No, mañana. -sonrió falsamente. Toda ella chorreaba litros de ironía.


- Ya voy... -cogí el móvil de mi bolsillo y busqué el número de Charlie en "contactos". Me separé de Melody bastante ya que no me gustaba que me observaran cuando hablaba por teléfono.



- ¿Sí? -saludó Charlie en inglés. 


La novia de mi padre no sabía nada de Español, pero no me era complicado comunicarme con ella. El inglés se me daba de miedo.


- Hola Charlie. -contesté intentando pronunciar bien cada palabra en inglés.


- ¿Algún problema, cariño? -preguntó maternalmente. 


Charlie era como una madre para mi, ya que cuando mi madre nos abandonó mi padre comenzó a meterse en problemas con el alcohol. Bebía tanto que comenzó a tener graves problemas. Gwen y yo le convencimos de que fuera al médico. Ellos le diagnosticaron

un pequeño tumor en el hígado, que por suerte pudo superar. Luego conoció a Charlie y su vida fue a mejor, por eso estoy en deuda con ella.


- Uh, sí. -respondí algo nerviosa. Me incomodaba pedirle este favor, ya que siempre tuve miedo a los "no" por respuesta. - La semana que viene nos mudamos a tu casa, -lamí mis labios. - y da la casualidad de que mi mejor amiga también se muda a Atlanta pero dentro de dos semanas. -dije intentando explicarme bien. - ¿Podría venirse conmigo y quedarse dos semanas en casa hasta que sus padres vengan? -pregunté rápidamente sin tomarme un descanso en separar las palabras. 


Se escuchó silencio en el otro lado de la linea. 


- Claro que sí, se puede quedar todo el tiempo que sea necesario. -pude sentir como sonreía, ¿o era yo la que sonreía? - En casa tenemos una habitación de invitados, dormirá allí. ¿Lo sabe tu padre? -preguntó. Bien, esta era la pregunta del millón.


- Genial entonces. -respondí. Melody me miraba a lo lejos, le levanté el pulgar hacia arriba dando señal de que sí la dejaban. Ésta comenzó a saltar de alegría. Me aguanté la risa. - No, él aun no lo sabe. ¿Podrías decírselo tú? Es que no tengo casi nada de batería y hoy y mañana estaré en casa de Melody. -mentí. Todo lo que sea por no preguntarle a mi padre. 


- Claro, ya se lo comento yo. Pásatelo bien.


- Estupendo Charlie, eres la mejor. -le agradecí alegremente. 


- Lo sé. -carcajeó. Sonreí ampliamente. - Ya nos veremos.


- Adiós. -me despedí y colgué.


Melody vino a donde mi, gritando. Reí.


- Aun no cantes victoria, debes pedirle permiso a tus padres. -le informé arruinando su felicidad del momento. Ella se cruzó de brazos pensativa y cogió su móvil, escribió algo y levantó su mirada hacia mi mientras sonreía.


- Ya lo había hecho mientras tu hablabas con Charlotte. -comentó con aire victorioso. - Soy genial, deberías aprender a hacer las cosas más rápido. Como yo. -dijo echándose aires de diva. Me crucé de brazos y rodé los ojos. 


- Obviamente tomaré tu consejo, diva. -le dije con ironía. Ella me sacó el dedo medio de la mano. - Cuidado, no me vayas a matar con ese gesto señora "lo hago todo genial" -carcajeé sabiendo cuan le molestaba a ella que le hablara con ironías. 


- Cállate, niña. -frunció su ceño. 


- Como sea. -dije moviendo mi mano para quitar importancia al asunto. Luego, como si nos hubiésemos leído el pensamiento, comenzamos a gritar y a saltar. Íbamos a ir juntas a Atlanta.

3 comentarios:

  1. Me encantaaaaaaa ahora estoy enganchada a tres cosas:
    - esta
    - la mia
    - rubi
    Jajajaj me encanta

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  2. me encantaa!! nueva lectora!! (ya se, es demasiado tarde :( )
    -Nerea.

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