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sábado, 2 de agosto de 2014

Capitulo 1 ~ Segunda Temporada.

— Señorita. —escuché la voz de un hombre. Alguien comenzó a mecerme, no podía abrir los ojos. Estaba muy cansada. — Señorita, debe despertar. —abrí poco a poco mis ojos. Al principio veía todo borroso, pero poco a poco se fue haciendo claridad. Divisé la cara de Lucas, odiaba a este tío y a su padre sobre todo. — Ya hemos llegado, tenemos que salir.

Lucas Perez, es el hijo del agente que me ordenó a dejar mi país para vivir en Atlanta junto a mi padre. Sé que es ilegal vivir sola con 17 años en ____(tp), pero nadie se hubiera enterado. Creo que soy lo suficientemente madura como para poder encargarme de mi misma. El agente me había acompañado durante todo el viaje, ya que no se fiaba de mi. Debería rondar por los 22 años. Era rubio oscuro con ojos azules, bastante atractivo. No voy a mentir.

Me levanté del asiento y salí del avión sin siquiera esperarlo. Fui a buscar mis maletas.

— No debería irse sin esperarme. —dijo con autoridad.

— ¿Cuándo vas a parar de hablarme con “usted”? —me giré a encararle. —No lo soporto.

—Bien, como quieras. —se cruzó de brazos. Le miré de reojo mientras recogía las dos maletas.

— ¿Ya te puedes ir, no? Estoy aquí, no me voy a ir. —caminé arrastrando las maletas hasta la salida.

— Estaré en Atlanta un mes comprobando que todo esté bien. —me siguió y me quitó una de las maletas para llevarla él. Le fulminé con la mirada.

— Todo va a estar bien. —le contesté mientras pedía un taxi.

— No creo, por algo no querías volver con tu padre. Algo tuvo que pasar, —le miré enfurecida, él me sonrió vacilante. — y lo voy a averiguar.

— No te soporto. —le dije a regañadientes. 

— Entonces estoy haciendo bien mi trabajo.

Al final un taxi se dignó a llevarnos, le di la dirección de casa y nos llevó en un rato.  El cielo estaba completamente abierto. Ahora mismo eran las 3:00 pm, no había comido casi nada en el maldito viaje de 12 horas por culpa de la comida basura que daban. 

El taxi se movía rápido por las calles de Atlanta, había cambiado bastante desde mi última vez hace cuatro años. Pasamos por el parque del que tanto me gustaba pasar tiempo cuando vivía aquí. Sonreí con nostalgia, había tenido aquí una clase de cita con Christian. Eramos unos críos, pero sentíamos mucho. Al menos yo.

¿Estaría bien? ¿Iba en serio que estaba en coma?

Mordí mi labio con un gran nudo en el estómago. El taxi al fin paró. Miré hacia la ventanilla y vi la casa en la que había vivido muchísimas cosas. Suspiré.

— Vamos. —dijo Lucas abriendo su puerta. Lo miré con la ceja alzada. ¿Dónde se creía que iba?

—¿Perdona? ¿Has dicho vamos? —carcajeé irónicamente mientras negaba con la mirada.

— Bien, entonces te veo mañana. —dijo cerrando su puerta. Abrí la mía, pero antes de salir me dirigí al chofer.

— Te pagará él todo el viaje. —dije señalando a Lucas. El chofer asintió y miré a Lucas victoriosa. Si las miradas mataran, ya estaría muerta. 

En cuanto cogí las maletas y el taxi desapareció de mi vista, me dirigí hasta la puerta y suspiré nerviosa. ¿Habría alguien en casa en estos momentos? ¿Estarían molestos conmigo? Bueno, en realidad no deberían por qué estarlo. No les había hecho nada, y con ellos terminé bien. Incluso con mi padre terminé mejor que con Christian. Pero en estos instantes me importaba una mierda como hubiera acabado con Christian, solo quería que se encontrara bien. Estaba decidida a visitarlo al hospital en cuanto averiguara cual era.  Me toqué la cadena con el anillo, no me la había quitado desde aquella vez. 

Toqué el timbre de la puerta. En menos de un minuto me abrió Ryan. 

— Ho-hola. —sonreí con incomodidad. Ryan abrió los ojos con sorpresa, se había cortado el pelo bastante y se le veía un poco de barba por su barbilla. Había cambiado desde la última vez, y ahora estaba mucho más alto que antes, yo apenas le llegaba a los hombros. Llevaba ropa que le iba dos tallas más grande que él. Se me escapó una pequeña risa que la reprimí al instante.

— ¿Qué haces aquí, ____(tn)?  —sonrió y me abrazó con fuerza sin siquiera darme tiempo a responder. — ¿Cuánto tiempo te vas a quedar? ¿Una semana? Dime qué más. Has cambiado mucho, ¿lo sabes?—dijo mientras seguía abrazándome fuertemente. Él había cambiado solo físicamente, porque seguía igual de estúpido que siempre.

—Ry--an, no--puedo —me separé de él con todas mis fuerzas. — respirar.  —cogí aire y le miré.

— Lo siento, es la emoción. —comenzó a reír. Suspiré más calmada al saber que parecía ir todo bien con él. — Pasa. —me dejó espacio para pasar dentro de la casa. Los muebles y todo seguían igual, sonreí. 

Me senté en el sofá dejando las maletas en la entrada. Ryan se sentó a mi lado, y su cara cambió a una de preocupación.

— ¿Sabes lo de Christian? —me preguntó mirándome atentamente. Ahora sabía que no se trataba de ninguna estúpida broma, Christian estaba en coma.

Asentí intentando tragar saliva. — ¿Cómo pasó? —pregunté mirándole a los ojos intentando obtener alguna explicación.

— Se le cruzó un coche. —comentó mirando hacia el suelo. Mordí mi labio y desvié mi mirada hacia el suelo. Por mi mente pasó la imagen del atropello de mi hermana. En seguida me tensé. — Tengo pensado ir a verle en cuanto venga Justin. —me dijo y se levantó del sofá. Le miré sorprendida, ¿Justin? No tenía pensado volver a verle nunca más. Si es verdad que había leído en twitter que Ryan y Justin estaban mucho tiempo juntos y que Ryan casi siempre le acompañaba en sus viajes. Eran como hermanos.

— ¿Justin a vuelto? —pregunté intentando que no se notara mi nerviosismo. 

— Sí, a venido para visitar a Christian. —cogió mis maletas y comenzó a subir por las escaleras. — Se quedara este mes, supongo. —gritó desde arriba. Asentí con la cabeza lentamente haciéndome idea de todo. 

Justo tocó el timbre de la puerta. Me levanté convencida de quien era, y lo adiviné.

— Hey Ry-- —Justin se cortó a si mismo. Parpadeó varias veces. — ¿____(tn)?

Justin tenía el pelo corto con una gorra puesta del revés, llevaba ropa parecida a la de Ryan. Era una especie de chandal corto casi por debajo de las rodillas con una camiseta blanca gigante. Llevaba una cadena de oro puesta y unas gafas de sol negras. Estaba mucho más alto y mucho más sexy.

— Ryan está arriba. —contesté dejándole pasar. No estaba enfadada con él, puede que aun tuviera algo de rencor por lo que pasó en el pasado pero éramos demasiado pequeños como para pensar con claridad lo que hacíamos.

Justin pasó mirándome aun sorprendido. ¿Qué pasa? ¿tengo monos en la cara o qué? 

— ¿Te encuentras bien? —pregunté alzando una ceja. Justin estaba raro.

— Sí, sí. —contestó bajando la mirada hacia el suelo. 

Al fin Ryan se dignó a bajar. 

— Bien, veo que Justin sigue en shock. —carcajeó Ryan. Justin le fulminó con la mirada, yo reí. —No sabes como se puso cuando vino a Atlanta y se enteró de que habías vuelto a ____(tp). —comenzó a reír aun más. Miré a Justin intentando aguantar la risa.

— No le hagas caso. —me dijo Justin, ruborizado. 

— ¿Vais a ir al hospital en donde se encuentra Christian? —pregunté cambiando de tema. Ellos asintieron.

— ¿Quieres venir? —preguntó Justin. Asentí con la cabeza.

— Mejor que vayamos ya. —dijo Ryan abriendo la puerta. Justin y yo le seguimos y sin darnos cuenta chocamos al intentar pasar los dos por la puerta. Me sonrojé.

— Pasa. —dijo haciéndome un ademán para que saliera. Le sonreí.

Nos montamos en el coche y Ryan comenzó a conducir. Yo estaba en el asiento de atrás, Ryan conducía y Justin estaba en el asiento copiloto. El hospital no debía de estar muy lejos ya que en menos de cinco minutos habíamos llegado.
Bajamos del coche y entramos al hospital. Nuestras caras habían cambiado de estar felices por nuestro reencuentro a preocupación. Odiaba los hospitales con todo mi corazón, siempre daban malas noticias. Fuimos hacia donde se encontraba la recepcionista.

— Perdone, ¿nos puede decir en que habitación está ingresado Christian Beadles? —preguntó Justin. 

La recepcionista buscó en el ordenador y nos miró. —En la sala 302. —contestó subiendo sus gafas. —En el segundo piso, está en observación así que puede que no les dejen entrar.

— Gracias. —dijimos los tres al unísono. 

Fuimos hasta el ascensor y marcamos el número dos. Todos estábamos en silencio, sumergidos en nuestros pensamientos. ¿Qué pasaría si Christian no despertaba? Con todo esto me importaba la grandísima mierda como habíamos terminado, yo aun lo quería.

En estos cuatro años intenté rehacer mi vida amorosa pero nada funcionaba, durábamos máximo dos semanas ya que pronto yo los cortaba. Ninguno era Christian, ninguno me valía. 

El ascensor paró y abrió sus puertas. Rápidamente encontramos a Caitlin, Melody, Jasmine, Chaz, Greyson y a un pequeño niño que pude reconocer como a Matty. Habían crecido tanto... Todos se voltearon y se quedaron asombrados al verme. Agaché la mirada hacia a bajo y me acerqué hacia ellos.

— Hola. —saludé levantando mi mano. Era algo incomodo aquello.

— ¿____(tn)? —preguntaron todos a coro. 

— Um, creo que sí. —dije lentamente y luego sonreí. Ellos comenzaron a reír excepto Melody que aun me miraba sorprendida.

— ¡Has vuelto! —gritó Caitlin abrazándome. Le respondí al abrazo y luego nos separamos, tenía los ojos rojizos de haber llorado una noche entera. 

— ¿Cómo está? —le pregunté preocupada. — ¿se sabe algo? 

Caitlin negó con la cabeza y comenzó a llorar. — Hace horas que lo metieron en observación y aun no sabemos nada, ni siquiera nos dejan ir a verlo. Mis padres acaban de ir a la cafetería, están demasiado cansados de toda la presión.

— N-- —la voz de Melody me cortó.

— Tranquila Caitlin. —le animó Melody. Chaz, Jasmine, Greyson y Matty fueron a intentar tranquilizarla, dándome la espalda. 

Fui a sentarme en los asientos algo más apartada de ellos. Sentí como alguien ponía su mano en mi hombro.

— ¿Qué te pasa? —preguntó Justin sentándose a mi lado. Le miré y negué.

— Nada. — esbocé una sonrisa levemente. — Es que estoy preocupada por Chris. —en parte era verdad, pero la otra era que me sentía una extraña entre ellos.

— Vamos ____(tn), cuando comenzamos a salir también te guardabas tus problemas dentro. Déjate ayudar. —sonrió levemente dándome apoyo. Le miré a los ojos y suspiré.

— Es solo que siento que ya no encajo entre ellos. —le toqué la mejilla y sonreí levemente. —Habéis cambiado tanto... —me aparté un mechón de pelo que me caía sobre el ojo. 

Justin esbozó una sonrisa. — Todos hemos cambiado, incluso tú. —susurró acariciándome el brazo. Yo no me veía cambiada, tan solo me corté un poco el pelo y puede que llegara a madurar un poco. Pero por todo lo demás era igual, ¿no?

La puerta de la habitación de Christian se abrió y salió una enfermera de dentro sujetando una carpeta.

— ¿Y bien? —preguntó Caitlin levantándose del asiento. 

La enfermera la miró preocupada. — Sigue en coma, pero las pruebas afirman que despertará pronto. —dijo mirando la carpeta. Abracé a Justin con alegría y éste me miró sonriente. La enfermera frunció el ceño. — El golpe fue fuerte, y puede que despierte con efectos. —tragué saliva.

— ¿Qué clase de efectos? —preguntó Caitlin.

— Pérdida de memoria. —contestó. Me estremecí. Caitlin se llevó la mano a la boca, asustada y Melody la abrazó. Se escuchó un sollozo, miré para ver de quien venía y vi a los padres de Caitlin. No sabía cuando habían llegado pero debía ser muy duro para ellos.



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Hola! Aquí teneis el primer capitulo. Los próximos no los publicaré hasta tener algunos completados y así poder subir seguido.

pd: Gracias por vuestros comentarios aldbalbds *-*.

Kisses***.