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martes, 28 de agosto de 2012

Capitulo 5 ~ Novela de Christian Beadles & tú

- Bueno, yo me voy a los vestuarios para cambiarme. -comentó Melody. - ¿Vienes, ____(tn)? -me preguntó con la vista fija en mi.

- Sí, vamos. -contesté yendo hacia ella.

- Si no os importa, también voy yo a cambiarme. -dijo Caitlin, sonriendo tímidamente.

- Obvio que no, vamos. -le sonreí intentando tranquilizarla.

Anduvimos hasta el vestuario de mujeres, que estaba señalado por una señal roja en la que estaba gravada una silueta de mujer. 

Nos pusimos el bikini en los baños privados. Mi bikini era de color rosa saltón y en la parte inferior tenía unas anchas rayas blancas horizontales, lo que hacía resaltar mi pálido moreno. Melody por el contrario llevaba un bikini color negro con la palabra Roxy grabada en varias partes. Y por último Caitlin, que llevaba un bikini blanco con estampados amorfos de colores alegres. 

Eran preciosos.

Salimos del vestuario para volver junto a los chicos. Sentía algo de incomodidad llevando tan solo encima un bikini y con las miradas de los chicos sobre nosotras. No era de mi gusto ir tan ligera, pero estábamos en un parque acuático y lo que no iba a hacer es llevar un burka.

- ¡Woah, estáis increíbles chicas! -gritó Justin, algo sorprendido.

Los chicos también se habían ido a cambiar mientras nosotras estábamos en los vestuarios. Lo que quiere decir que iban sin camiseta, lo que es igual a Barbara roja.

- Sois demasiado sexy's para nuestra salud. -dijo Ryan, con su vista fija en Melody.

- Gracias. -contestamos todas, bastante incómodas por la situación.

- ¿Dónde queréis ir primero? -preguntó Chaz, mirando el mapa de todo el parque.

- A mi me gustaría ir a ver el espectáculo de delfines de las 5:30 pm... -hice una mueca al recordar la hora. - pero aun falta bastante.

- ¡Sí, sería genial nadar entre los delfines! Una experiencia única. -comentó Christian, entusiasmado.

- Está bien, creo que es mejor que vayamos por parejas. -soltó Ryan, con su vista aun fija al mapa.

- Somos impares... -añadió Chaz, al mirarnos al contarnos.

- No importa, habrá un trío. -siseó Justin, pícaramente.

- ¡Mal pensado! -le regañó Melody mientras fruncía su ceño sonriente.

- Uh, el famoso ídolo a seguir no es tan santurrón como parece. -dije con la mirada más neutra posible.

- ____(tn)-- -intentó explicarse Justin, pero Caitlin cortó su frase. 

- Bueno, ¿cómo serán las parejas? -preguntó ésta, para calmar el ambiente.

- Bien, como nadie a salido voluntario, las elegiré yo. -se auto-proclamó Ryan, lanzándome una siniestra mirada. 

Oh, oh.

- Dispara. -murmuré entre dientes.

- Irás con Chris. 

- ¿Qué? -solté sin pensar. Sentía como la sangre subía hacia mis mejillas y orejas sin el mínimo sentido. - ¿No puedo ir con Melody? Es con la que más confianza tengo...

- Exacto, por eso vas con Christian, para conocerlo mejor. -me explicó Ryan. 

¿Sabéis esa impotencia de cuando en clase el profesor os manda hacer un trabajo con un compañero y él elige con quien irás? Luego te toca con quien menos quieres ir, ya sea porque te cae mal esa persona o porque simplemente ni puedes mirarle apenas a la cara y así es prácticamente imposible hacer un trabajo. Bueno, pues esto es parecido.

- Caitlin con Justin y Chaz, y Melody conmigo. -finalizó.

- ¿No sería mejor que vaya con Christian y ____(tn)? -le preguntó Justin, mirándonos de reojo.

- Pero si siempre vas más con Chaz, y a parte te puse con tu nov... -abrió los ojos comprendiendo la situación para luego clavar su mirada en mi. - ¿Por qué caen todos en tus redes, ____(tn)? ¿Cómo lo haces?

Agrandé los ojos y volví a sentir mis mejillas calientes por el comentario de Ryan, claramente inapropiado.

¿Por qué estoy sonrojándome cada dos por tres? En España apenas me pasaba esto, controlaba la situación. 

Aquí no.

- ¿Puedes dejar de decir burradas? -alcé la ceja intentando esconder mi incomodidad en la situación. -Ya están puestas las parejas y el trío, ahora comencemos a divertirnos. 

- Bien, nos vemos a las 5:30 pm donde los delfines. -habló Caitlin con un tono algo molesto. 

Normal, su novio le acababa de rechazar indirectamente.

Todos se fueron por caminos distintos, sin embargo Christian y yo nos habíamos quedado en el mismo lugar sin apenas dirigir palabra.

Sabía de sobra que estaba molesto por algo, y aunque no supiese el por qué tenía la necesidad de arreglarlo.

- ¿Dónde te gustaría ir primero? -pregunté con una de mis mejores sonrisas. 

- Donde quieras. -dijo indiferente a mi pregunta, mientras su mirada se posaba en una chica con su novio.

Me crucé de brazos y lo miré atentamente.

- Escúchame, Chris. -le dije en un tono tirando a súplica. - No me refería a que no quisiera estar contigo... -tragué saliva, junto mi orgullo. - Perdón si te he llegado a herir.

- Tranquila, todo bien. -sonrió, pero no me pareció del todo sincera. - Querías estar con tu mejor amiga, en vez de con un chico que conociste hace nada y te considera ya una amiga. -dijo, mirándome seriamente. Sabía que su sonrisa era una farsa.

Suspiré frustrada.

- Por favor, Christian, ¿no me entiendes? -fruncí el ceño mientras clavaba mi mirada sobre sus ojos caramelo. - Quería ir con Melody porque es a quien más conozco y tenía miedo de ir contigo y fastidiar nuestra "pequeña amistad"... -bajé la mirada al suelo. - porque siempre que me comienza a importar una persona, tengo el poder de alejarlo de mi. -mordí mi labio y volví a subir mi mirada. - Creo que tengo miedo. -susurré.

Me fui a girar, pero sentí como la mano de Christian atrapaba mi brazo, reteniendo mi marcha.

- Perdóname. -le escuché decir. - He sido idiota al haberme molestado por eso, no quise entender tu situación. -confesó. 

Le miré a los ojos y sonreí.

- Claro, no pasa nada. -le abracé como impulso, es extraño pero era lo que sentía.

- Bien, -sonrió este, mientras nos separábamos del abrazo. - ¿Qué tal si nos tiramos por aquel tobogán? -señaló con el dedo indice a un tobogán color amarillo, parecía uno de los más altos que se podía encontrar en el aquatic. 

Y eso es malo, tengo vértigo.

- ¿Ese? -tragué saliva mirando aquél horrible tobogán amarillo. Lamí mis labios y suspiré intentando quitar mis nervios del cuerpo. -Vale.

Christian comenzó a reír y se cruzó de brazos.

- ¿Tienes miedo? -preguntó con una mirada retadora. 

- No. -contesté con el mejor tono de voz que podía mostrar en estos momentos.

- Seguro, ¿no me digas que le tienes miedo a las alturas? -carcajeó mientras negaba con la cabeza.

- Claro que no. -fruncí el ceño y me encaré a él. - Vamos, te echo una carrera hasta llegar a la entrada del tobogán. -sonreí. - Quien pierda se tira primero.

Chris sonrió de lado, y afirmó con un movimiento de cabeza.

- Vale, pero no te eches atrás cuando pierdas... -dijo vacilante. Me coloqué en posición para correr haciendo caso omiso a su comentario. - Bien, a la de tres...

Le miré confundida. - ¿A la de qué? -pregunté.

- A la de tres. -volvió a repetirme. Sonreí y salí corriendo hacia la entrada.

- ¡Eh, eso no vale! -gritó Christian, corriendo tras de mi.

- ¡Dijiste a la de tres, y yo salí a la de tres! -carcajeé mientras corría. Y creo que saben que hablar mientras corren es malo, bastante malo. Comencé a sentir un dolor en el lado de la costilla, me había entrado flato.

Entre el flato que me había dado, y lo lenta que era al correr, Chris me alcanzó rápido y pasó sus brazos por mi cintura. 

Los dos comenzamos a reír.

- No eres rápida. -confirmó Christian, en voz alta. Me giré a mirarle y fruncí el ceño, pero sonreí al instante. Era la verdad.

- Digamos que correr no es mi punto fuerte. -comenté cruzándome de brazos. Comenzamos a reír.

- Está bien, ¿vamos? -dijo mirando hacia entrada del tobogán.

Asentí.

Al llegar, me tenía que tirar yo primera ya que perdí la carrera. Christian insistió en tirarse el primero, pero mi orgullo y dignidad lo negaron. 

Al final resultó divertido, y el vértigo se esfumó en toda la mañana.

Después de tirarnos en los demás toboganes que habían, mis tripas comenzaron a despertar y decidimos ir a comer. 

- ¿Qué quieres pedir? -preguntó sonriente la camarera. 

Tenía a Christian sentado en frente y aun mi vista no se acostumbraba a verlo sin camiseta, así que intenté concentrar mi mente al menú que tenía entre las manos..

- Mhm... un taco vegetal con patatas fritas y un zumo de naranja.

- Yo tomaré espaguetis a la boloñesa con albóndigas y una coca cola. -pidió Christian, con una sonrisa a la camarera.

- Pronto os traeré todo. -contestó apuntando todo en su libreta, para después irse.

- Así que estoy frente a una chica que no está obsesionada con la dieta. -comentó asombrado. Rodé los ojos.

- Encuentro una estupidez a las chicas que se vuelven locas con su peso. -respondí sinceramente. - Tan solo deben hacer ejercicio de vez en cuando y ya está.

- Lo mismo opino. -sonrió mirándome fijamente.

Bajé la mirada incómoda ante la situación. 

- Uhm... yo... 

Como si Dios hubiera escuchado mis súplicas de ayuda, mi móvil comenzó a sonar con mi tono de llamada.

"You had my heart, and we'll never be worlds apart Maybe in magazines, but you'll still be my star Baby cause in the Dark, You can't see shiny Cars And that's when you need me there With you i'll always share... "

- Aguarda. -le pedí a Christian mientras descolgaba el móvil sin mirar de quien venía la llamada. - ¿Diga?

- Hola, ____(tn). -me saludó mi padre en español. 

- Hola papá, ¿qué ocurre? -pregunté en el mismo idioma. Christian miraba perdido hacia mi, intentando entender lo que decía.

- Nada, sólo quería saber cómo estás.

- Uh, muy bien. -le respondí. - He conocido a los amigos de Ryan, y sin bastante agradables. -expliqué sin mencionar la parte en la que estaba "el famoso Justin Bieber y sus famosos amigos".

- Así me gusta, sabía que te gustaría Atlanta. -dijo seguro. Sonreí con dificultad, aunque no me pudiera ver.

- Sí, es genial. -mordí mi labio mirando como la camarera posaba la comida en la mesa. -Gracias. -le agradecí en inglés.

- ¿Estás ocupada? -preguntó mi padre.

- Bueno, es que me encuentro en un parque acuático y nos acaban de servir la comida.

- Oh vale, entonces te dejo. -dijo mi padre con un suspiro. - Que aproveche.

- Gracias papá, adiós. -me despedí y colgué. 

- ¿Quién era? -preguntó Christian, mientras comía. Guardé el móvil en el bolso y mordí una patata.

- Mi padre, quería saber cómo estaba.

- Oh, bien, Perla.-dijo metiéndose una albóndiga a la boca.

Levanté mi vista a él, confundida. - ¿Perla?

- Sí, viene del origen germano. Sensible, seductora. Que es preciosa. -me explicó con naturalidad. Sentí como mis mejillas comenzaron a arder.

Comimos entre conversaciones y algún que otro silencio incómodo. Después decidimos ir a dar una vuelta y nos hicimos una foto con un búho en el brazo. 

Al llegar las cinco nos encontrábamos en la grada para poder ver el espectáculo de delfines.

- ¡Woah, qué saltos! -grité con emoción. Amaba los delfines, se podría decir que era mi animal favorito, son preciosos.

- Sí, -comenzó a reír mientras señalaba al delfín el cual acababa de empapar al ayudante de la que hacía el espectáculo. - ha salpicado al chico.

Reí y afirmé. Escuché como si alguien estuviera gritando mi nombre, y aparté la vista del espectáculo para mirar unas gradas más abajo.

- Oh, allí están los chicos. -dije entrecerrando los ojos para poder estar segura que eran ellos. Sonreí al ver como nos saludaban, así que devolvimos el saludo.

Al terminar el espectáculo fuimos hacia donde los chicos.

- Hey, ¿todo bien? -preguntó Ryan, guiñando un ojo.

- Pues la verdad, sí. -dije desafiando la mirada de Ryan. Sabía que había elegido así las parejas por joder, y no se iba a salir con la suya.

- Exacto, todo genial. -me apoyó Christian, apoyando su mano sobre mi hombro.

- Ah. -soltó Ryan, desilusionado. Seguro que pensaba que íbamos a sonrojarnos o cualquier cosa por el estilo, pero falló.

Por los alrededores se escuchó un anuncio sobre los delfines.

"Ahora podéis pasar un buen rato nadando junto a los delfines. Reservad la entrada en la taquilla. Muchas gracias por su atención."

- Estaría bien nadar junto a los delfines... -dije mirando hacia los delfines, luego negué con la cabeza. - No traje dinero suficiente para eso. 

- Tranquila, te lo pago yo. -contestó Justin, con una media sonrisa. Le miré sorprendida por su generosidad. No esperaba que él dijera eso.

Negué rápidamente con la cabeza. - No, no. No hace falta. -tragué saliva con dureza. 

- Venga va, invito a todos. -dijo Justin con una gran sonrisa. Parecía que le gustaba ver felices a los demás.

- ¡Sí, me apunto! -dijo Caitlin, pegando pequeños saltos de emoción.

- ¡Y yo! -se unió Melody sonriente. En sus ojos se mostraba emoción. Estaba prácticamente cumpliendo el sueño de su vida. 

Ryan pasó su brazo sobre el hombro de Melody.

- Si tienes miedo o algo, yo estaré ahí para protegerte. -comentó el rubio. Melody se acercó a él y le dio un beso en la mejilla.

- Gracias. -agradeció la castaña. Todos nos quedamos estupefactos al ver la escena, ¿qué estaba pasando?

- No puede ser verdad. -carcajeó Christian. 

- Ten cuidado Melody, este va a por todas. -le avisó Chaz, entre risas. Ryan le pegó una colleja rápida, a lo que Chaz respondió entre risas de nuevo.

Fuimos a reservar a las 7:00 pm para bañarnos con los delfines. Llegó la hora y todos ya estábamos preparados con los trajes de neopreno.

- Esto es demasiado estrecho, me va a entrar claustrofobia. -replicó Melody intentándo separarse el neopreno de la piel.

- Ni que lo digas. -siseé por lo bajo. El cuello me apretaba demasiado, y difícilmente podía mover la cabeza. 

- ¿Estáis ya? -preguntó Caitlin con destreza. Mordí mi labio sospechando que no le caía muy bien.

- Ya vamos. -gritamos Melody y yo a coro.

Nos metimos todos al agua y los delfines nos recibieron con alegría. No podía parar de reír cuando el delfín expulsaba agua a Chaz y éste se ponía de los nervios. 

Caitlin se sentó al borde de la piscina para descansar, y no pude evitar ir hacia ella para que la tensión entre nosotras disipara. 

- Hey. -la saludé mientras torturaba mi labio.

- Hola. -respondió fijando su vista en mi, para luego pasar a los chicos.

- Es divertido, ¿no crees? -pregunté intentando romper el hielo.

Ella asintió sin dirigirme mirada. - Ahora me gustaría estar un rato a solas, si no te importa... -se cruzó de brazos. Suspiré y la encaré.

- ¿Te pasa algo conmigo? ¿Por qué me tratas así? -le pregunté entrecerrando los ojos. Si le pasa algo, que lo diga ya y que no vaya con estupideces.

- No, no es nada personal. Es tan solo que tengo bastantes cosas en la cabeza que me afecta a a mi manera de ser. -respondió ella frunciendo el ceño.

- Ah, ¿y cuando los demás te hablan ya no tienes cosas en la cabeza? Porque la verdad es que solo me respondes a mi de esta forma. -me apoyé en el borde y salí a sentarme con ella.

- ¿Te gusta Justin? -me preguntó de la nada. - Porque si te gusta, no pasa nada ya hace tiempo que queremos deja--.

- ¡No, no me gusta! ¡Basta Caitlin! -negué con un grito de desesperación. 

- ¿En serio? -preguntó entrecerrando los ojos. - ¿Y mi hermano? 

- ¿Christian? -negué lentamente con la cabeza. - No me puede gustar un chico en dos días. -dije como si fuera lo más normal. Caitlin asintió, parecía que se había rendido.

- Lo siento, tienes razón. -me sonrió levemente. - ¿Comenzamos de cero? 

Me quedé mirándola por un rato, pero al final asentí.

Nos metimos de nuevo al agua, uniéndonos a los demás. Comenzamos a hacernos fotos junto a ellos, por suerte había traído mi cámara con la funda para poder hacer fotos en el agua. 

Me di cuenta de que a Justin le gustaba chupar mucha cámara ya que estuve casi media hora sacándole fotos a él solo. 

No, no es porque yo quisiera. 

El caso es que si a mi me gusta sacar fotos, y hay una persona que es muy fotogénica que quiere que le saque fotos, está claro que no me voy a negar... ¿o sí?

Habíamos salido para cambiarnos, los chicos habían desaparecido desde hacía un rato pero no le di importancia en ese momento.

Comenzamos Justin y yo una plática. Me contó como conoció a Caitlin: fue en una iglesia mientras rezaban. Y bueno, puede que ya no me pareciera tan superficial como antes pero mis pensamientos seguían en contra de él por algún motivo que desconocía.

- ¿Dónde se fueron los demás? -pregunté lentamente. Ahora me sentía bastante incómoda a su lado.

- No lo sé, -cogió el móvil del bolsillo de su pantalón y desbloqueó la pantalla. - será mejor que llame a Ryan.

Justin's Point Of View:

Busqué el contacto de Ryan, y lo marqué.

- ¿Justin? -preguntó éste, dudoso.

- No, Zac Efron. -ironicé. Ryan bufó.

- ¿Qué ocurre? -preguntó, parecía molesto.

- ¿Dónde os habéis metido? -pregunté respondiendo a su pregunta.

- Nos hemos ido, hace una hora por lo menos. -abrí la boca con asombro, ¿cuándo fue eso? - Además, os habíamos avisado.

- ¿Qué? ¿Cómo que os habéis ido? -mi voz sonaba casi desesperada, y la mirada de Barbara me taladraba.

- ____(tn) y tú estabais demasiado entretenidos, y los demás nos aburríamos. -explicó Ryan, lamí mis labios y suspiré.

- Está bien, ahora la llevo a casa. -susurré lo bastante audible como para que Ryan lo escuchara.

- Sí, y como el viaje es bastante largo... -hubo una pausa. - piensa en una buena disculpa para Caitlin. -dijo, y seguido colgó. 

Apreté la mandíbula tenso, no había caído en Caitlin.

- Dime que he entendido mal y que no se han ido. -suplicó ____(tn). Hice una mueca y negué seguido.

- Lo siento, -lamí mis labios. -tendré que llevarte yo.

- No, llama a Ryan de nuevo y dile que vuelva. -entrecerró sus ojos, con amenaza. 

- ¿Cómo voy a pedirle a Ryan que vuelva? No seas inmadura, vamos. -negué con la cabeza y caminé hacia la salida pero sentí que ____(tn) no me seguía así que me giré y comprobé que tenía razón.

- Si no viene Ryan, me voy andando. -dijo cruzándose de brazos. 

- Dime que estás de broma. -carcajeé. - ¿Qué tiene de malo que te lleve yo? 

- No me gustas, Justin.

Al escuchar su frase, comencé a reír aun más.

- ¿Por qué? -pregunté con una media sonrisa.

- No lo sé con exactitud, pero no te lo tomes muy a pecho. -me dijo fingiendo preocupación en su voz. - Y bien, ¿vas a llamarlo?

- Claro que no, Ryan no va a hacer un viaje de dos horas para venir a recogerte y luego volver. -dije como si fuera obvio, y lo era.

- Bien. 

____(tn) comenzó a caminar hacia la salida a paso rápido. Cuando llegó a la carretera y comenzó a caminar por el lado junto a los coches, me tensé.

¿Pero qué hace? ¿Está loca?

- ¡Espera ____(tn), por favor! -le pedí corriendo tras ella. Si le atropella un coche, Ryan me mata.

____(tn) paró y me miró a lo lejos. - ¿Entonces?

- ¡Sí, voy a llamarlo! -acepté desesperado. Estaba claro que no le iba a llamar.

____(tn) volvió hacia mi coche sonriendo con suficiencia.

- Estoy esperando... -dijo con los brazos cruzados.

____(tn)'s Point Of View:

- No le voy a llamar, te voy a llevar yo y mañana estarás lista a las cuatro porque pasaré a recogerte. -comentó mientras hacía girar las llaves.

Alcé una ceja, sorprendida. - ¿Qué es lo que no entiendes de "me caes mal"? -pregunté lentamente.

- El "mal". -dijo sonriente. Mordí mi labio nerviosa, y asentí rendida.

- Está bien, abre el coche y vámonos. -dije intentando ocultar una sonrisa. - Ah, no te tomes lo de mañana como una cita.

- No lo hago, tengo novia, ¿recuerdas? -me guiñó un ojo, y mis mejillas volvieron al tono carmesí que solía tener en Atlanta.

Al entrar a casa la rabia inundo mi cara.

- ¿¡Por qué os habíais ido?! -pregunté a gritos, pensando que solo estaría Melody y Ryan.

- Creo que tu viaje de vuelta con el famoso Justin Bieber a sido genial. -carcajeó con ironía.

- Uy sí, que gracia todo Ryan. Vas para payaso. -le miré seriamente. 

- Relájate, niña. -comentó divertida, Melody. Siempre le había gustado cuando yo me salía de mi línea, decía que era como ver una nueva ____(tn).

- ¡Estoy tranquila! -dije desesperada. 

- Calma, ____(tn). No hace falta que grites. -me pidió, Chaz. Cerré los ojos y suspiré.

- Lo siento, tenéis razón. -me disculpé, ya más relajada.

- Así mejor, Perla. -sonrió Christian, al verlo me ruboricé ya que había visto la escena que había montado. Miré hacía Melody para que nadie me viera lo roja que me encontraba, pero la vi mirándome con el ceño fruncido, extrañada.

- Esto es raro, tío. -comentó Ryan extrañado mirándonos a Christian y luego a mi.

Todos comenzamos a reír, y Chaz miró por su móvil.

- Son las nueve menos cuarto... -comentó por lo bajo.

- Melody, -le dije y luego miré a Caitlin. - Caitlin, ¿venís a mi habitación? -les pedí con una sonrisa. 

- Claro. -aceptaron las dos. Quería hacer una noche de chicas, y así pedir disculpas a Caitlin por lo de Justin.

- ¿Podemos ir nosotros? -preguntó Ryan, con suplica. 

Las tres negamos la cabeza y subimos las escaleras riendo.

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