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domingo, 7 de diciembre de 2014

Capitulo 4 ~ Segunda Temporada.

Justin suspiró y asintió. — Claro. 

Se levantó dejándome a solas con Christian. Observé como Christian tomaba el asiento de Justin y no pude evitar bajar la vista al suelo.

— Temía que no vinieses. —comentó Christian, mirándome. Alcé la mirada hacia él, sorprendida.

— ¿Por qué? —me atreví a preguntar. A lo mejor había recuperado la memoria.

Sonrió mientras me miraba. — Por lo que pasó en el hospital. —desvió su vista hacia la multitud y luego volvió a posarla sobre mi. — ¿Sabes? Olivia me contó todo. 

Abrí los ojos sorprendida, a lo mejor no era tan mala como pensaba. 

— ¿De verdad? —quise asegurarme. No pude reprimir una sonrisa.

— Sí, me contó que tus sentimientos hacia mí son más allá de la amistad. —abrí la boca, creo que pudo tocar el suelo. Retiro lo anterior, Olivia es una perra.

— ¿Qué? ¿Cómo? —pregunté intentando encajar todo en mi cabeza. ¿Por qué le había dicho eso Olivia? Ella ni siquiera me conoce.

— Tranquila, no me molesta. Podemos seguir siendo mejores amigos. —me contestó con una sonrisa de apoyo. Yo aún seguía en mi shock. Si no era Brogan, venía Olivia a joder todo. Mi vida parecía una novela.

— ¡No! —grité frustrada. — ¿Y te crees lo que dice esa perra?

— ____(tn), no hables así de Olivia. Sabes que es mi novia y no te lo voy a permitir. —me avisó cortante.  

— ¿No lo entiendes verdad? Olivia no es tu novia desde hace un mes, ella está aprovechándose de tu estado.

— ¿Entonces cómo me explicas lo que siento por ella? —me retó con una pregunta. Ahí me quedé sin palabras. Si él sentía por ella yo no podía hacer nada más que intentar ser su amiga. Lo único que quiero es estar a su lado.

Mordí mi labio e intenté tragar mis lágrimas. — Está bien... seamos amigos. —susurré. Algún día iba a recuperar la memoria y se iba a dar cuenta de que había elegido mal a la persona en quien confiar. 

— Gracias, ____(tn). Imagino que es duro intentar entablar una amistad con una persona que te atrae. Pero es lo único que puedo ofrecerte y me alegra saber que estás dispuesta a aceptarlo. —me acarició el brazo con una sonrisa. 

— Creo que es mejor que me vaya, —me levanté de la silla. — me duele un poco la cabeza. 

— Está bien. —se levantó también. — Te acompaño.

— No hace falta, no vivo muy lejos, pero gracias. —le agradecí con una sonrisa fingida. Lo único que quiero es llegar a casa y llorar hasta aceptar de una vez todo lo que está ocurriendo. 

— Insisto. —me dijo con una sonrisa. 

Suspiré y asentí.  — Está bien.


Había avisado a Ryan sobre que me iba, pero a Justin no lo había encontrado por ninguna parte así que nos fuimos sin despedirnos. 

Caminamos por las oscuras calles en silencio, hasta llegar a casa.

— Gracias por acompañarme. —le agradecí mirando al suelo.

— Para eso están los amigos. —me sonrió. Deja de una maldita vez de decir la palabra “amigos”. 

— Claro, en cuanto necesites algo aquí está tu mejor amiga. —dije lo último entre dientes. Me dispuse a entrar en casa cuando la voz de Christian me detuvo.

— Oye ____(tn), ¿puedo confesarte una cosa? 

Le miré y asentí. — Obvio. 

— Si no estuviera con Olivia, estoy seguro de que estaría encantado de estar contigo.

Mis mejillas se pusieron rojas y sonreí.

— Gracias.

Ahora estaba segura de que no me iba a rendir tan fácilmente. Iba a conseguir que todo volviese a ser como hace 4 años.

                                                                             •••


Miré la hora, 12:30 am. Me había tenido que levantar pronto para poder apuntarme a la universidad y comenzar la carrera de fotografía. Por suerte había pillado plazas y mi nota de selectividad era lo suficientemente alta como para que me aceptaran. Iba a ir a la misma que Ryan, solo que para él ya iba a ser su segundo año de carrera y había elegido Comunicación y Audiovisuales ya que quería ser director de cine. Y bueno, Justin seguía cantando así que no le hacía falta estudiar en la Universidad. 

Ahora que ya había hecho los recados que tenía en mente hacer el día de hoy, me permití relajarme. Fui a sentarme en el sofá, pero justo en el que mis piernas se relajaron, el timbre sonó.

— ¡Ryan, abre tú! —le pedí en un grito de frustración. 

— ¡No, abre tú! —me gritó desde el piso de arriba. 

— Acabo de sentarme, dame un respiro. —supliqué con angustia. El timbre volvió a sonar, esta vez parecía que con impaciencia.

— Eres una vaga. —me dijo mientras bajaba por las escaleras y corría a abrir la puerta.

Cerré los ojos intentando tranquilizarme, esas discusiones las solía tener cada día con Ryan antiguamente.

— ¿____(tn) _____(ta)? —preguntó una voz, que por mucho que no quisiera, conocía de sobra. Lucas.

— ____(tn), te buscan. —me informó Ryan dejando la entrada libre a Lucas. — Pasa.

Lucas pasó al interior de la casa y Ryan se sentó en el sillón, mirando con curiosidad a Lucas.

— ¿Qué quieres? —le pregunté sin apenas saludar.

— Veo que mi visita te ha alegrado la mañana. —Lucas sonrió con suficiencia. — Lo tomaré en cuenta.

— Hey, en serio. ¿Por qué has aparecido esta mañana por casa? —pregunté molesta, ignorando su estúpido comentario.

— Ayer no te vi, y bien sabes que tengo que echarte un ojo al menos una vez al día.

— ¿No puedes vivir sin mí? —le pregunté, mientras pestañeaba inocentemente.

— En teoría, no. Necesito mantener mi puesto. —se cruzó de brazos con desinterés.

— ¿El puesto del hijo del jefe? Creo que ese siempre lo mantendrás. —le reté con la mirada. Lucas me mandó una mirada amenazante.

— Deberías tener cuidado más cuidado con lo que dices. —sus ojos azules parecían querer rasgar cada parte de mis secretos y sacarlos a la libertad. Lo miré sin apartar ni un segundo la mirada, antes estas cosas no podía hacerlas. — El tema es fácil, yo te pregunto sobre lo que hiciste ayer, y tú me respondes con total sinceridad. 

— Hey man, ¿de qué va todo esto? —le preguntó Ryan, sin apenas entender lo que sucedía.

Lucas mostró un falso gesto de asombro. — Oh, ¿no te lo ha contado tu querida “hermanita”? 

— Él ni tiene por qué saber nada de esto. —le avisé con un gesto amenazante a Lucas. Éste rió levemente, como si esta situación fuera graciosa. 

Yo no le había contado a Ryan el por qué había vuelto a Atlanta y sabía que si se enteraba de que fue por obligación se decepcionaría.

— Claro que sí, él es como de tu familia, ¿o no es así? —Lucas miró a Ryan por unos segundos. — ¿se lo voy a tener que contar yo?

Me quedé estática, sin poder pronunciar palabra alguna. Miré a Ryan con una mirada que deseaba que hubiera trasmitido disculpa. Ryan, por el contrario; lucía confuso e irritado.

— Bien, que así sea. —sonrió Lucas, dando una palmada en el aire. — Tu querida hermana, de otra sangre, ha vuelto a Estados Unidos por obligación de la ley al fallecer su único familiar con la custodia. —me miró por un segundo, el cual pude divisar diversión en sus ojos. — Suplicó varias veces que no la trajéramos aquí, así que me mandaron a inspeccionar el por qué de su negación a vivir con su padre y la familia de su novia.

Ryan pareció tener un debate en su interior, como procesando la información. Pensé que se lo tomaría más a pecho y me gritaría lo decepcionado que estaba al saber que si fuera por mi no hubiera vuelto a visitarlos jamás. Pero no.

Tan solo se levantó del sillón, y subió las escaleras en un silencio que llenó toda la sala.

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N/A: Pues aquí está el cuarto capitulo. Es corto, pero estando enferma y con trabajos es lo único que puedo dar para no haceros esperar un año. 

Muchas gracias a todas esas lectoras que me apoyan con comentarios y mensajes expresando su opinión sobre la novela ❤️.

Kisses!***

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